4 + 1 en Japón

lunes, noviembre 14, 2005

Kyoto (I): Higashiyama


Hablando sobre Kyoto, Santi me dijo que es como Toledo: hace calor, hay muchas iglesias (aunque aqui son templos y santuarios) y esta lleno de cuestas.

Escribo estas lineas en el tren que me lleva de vuelta a Kobe, y tras mi primer dia en Kyoto puedo asegurar que se parece mas a Roma: o sea, las tres afirmaciones de antes, pero a la enesima potencia. Hoy ha sido mi primera escapada de las muchas que pienso hacer a Kyoto, pues dicen que no puede verse en un mes, y me lo creo. Que ciudad, madre de Dios. O de Buda. O de los miles de divinidades shinto que uno tenga la suerte de echarse a la cara. En seis horas solo he visto un parque, un santuario y tres templos. Eso si: que parque, que santuario, y, sobre todo, que templos. Entiendo que aun opera en mi la pantofascinacion y que le hago fotos a todo lo que se me pone delante, y que en unos dias estare hasta arriba de templos (es decir, que estare algo destemplado), igual que en Roma acabe hasta las cejas de iglesias. Con todo, no consigo encontrar las palabras para esto, y os aseguro que esta vez no es una frase hecha. Por cierto, no confundais Kyoto (la gran ciudad historica de Japon) con Tokyo, que es la capital.

Tras un buen rato de incertidumbre en la enorme estacion de JR (Japan Railways) por no encontrar la oficina de turismo para conseguir un mapita, consigo mi objetivo, asi como comprar un bono de autobus para un dia.

Abro el mapa. Entiendo poco.

(Kyoto es enorme y, como en todo Japon, los transportes son un lio porque hay varias compañias de trenes, varias de metro y varias de autobuses, algunas privadas y algunas no. Esto hace que en el mapa, por ejemplo, no haya un dibujito para el tren sino mas de uno, dependiendo de la compañia que sea. Imaginad lo que supone hacer un transbordo.)

Tras un rato de estudio, veo que Kyoto esta dividido en cinco "sectores" y, dado que me da igual por donde empezar, tomo un autobus hacia el mas cercano de los sitios interesantes que la señora de la oficina de turismo ha tenido a bien señalarme. El "sector" al que voy se llama Higashiyama, y me dirijo al templo de Kiyomizu, que, como muchisimos lugares de Kyoto, es patrimonio de la humanidad.

(Se que el titulo de patrimonio no implica en si que el monumento sea bonito o no, pero como en el plano de la ciudad vienen detallados los que si lo son y tengo que dejar de lado muchos sitios de Kyoto para no enloquecer, dejo que sea la Unesco la que decida por mi. Por cierto, fue en Kyoto donde Alcala fue nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad.)

Que pequeño se siente uno al llegar a Kiyomizu y ver esas gigantescas "torii" que te dan la bienvenida. La multitud es una turbamulta de trabajos y desaosiegos, pues es uno de los lugares mas turisticos de Japon, sobre todo para los japoneses. Occidentales, pocos. Algun thai, creo. Y españoles, mi boli y yo. Y la camiseta, claro. Hoy me ha dado por hacer patria.

El nombre del templo, Kiyomizu, significa "agua pura", y en verdad que, desde los multiples miradores del edificio principal, el agua esta omnipresente aunque no haya rios ni cascadas ni nada similar. Son las fuentes naturales que aparecen en cada esquina y que tienen un significado religioso (que supongo que tendra que ver con la limpieza y/o la purificacion, ya que un "rito" consiste en coger agua con unos cacitos especificos y beber agua y lavarse las manos) las protagonistas de la jornada. Es adorable ver como las madres enseñan a los hijos a lavarse las manos con el agua del dragon. El recorrido para turistas, ademas, se salta algunos sitios destacables en los que me he colado, como un pequeño cementerio (no se si budista) en el que he disfrutado de una buena lectura: Javi me recomendo leer "Memoria de mis putas tristes" de una tirada, cuando tuviera paz y tranquilidad. Pardiez que el sitio era apropiado, pero hacia el final del capitulo primero el frio ha podido conmigo y he tenido que dejarlo. Que rabia me ha dado. Y que bien escribe Gabo.

Varias decenas de fotos despues me dirijo hacia el siguiente punto: el templo Kodai-ji, que ordeno construir Kita-no-Mandokoro cuando quedo viuda de Toyotomi Hideyoshi para que el alma del difunto no estuviera triste. El camino hacia alli esta plagado (en el peor de los sentidos) de tiendecitas de comida carisima y/o artesania tipica, asi como de turistas dispuestos a gastarse lo innombrable en cualquiera de ellas. Lo unico que me llama la atencion son los palillos para comer, decorados y muy artesanales. Demasiado caros, sin embargo. Busco infructuosamente algun dedal para Pilar, madre de Soraya, que los colecciona. Se ve que aqui no se estila eso. Puestos a llevar algo mas tipico de aqui podria comprarle un llavero de Doraemon (el gato cosmico) pero como que no me parece adecuado. En algunos sitios de picar (no son bares, no son mesones, no son restaurantes, no son tabernas, no son supermercados, no se como llamarlo), como reclamo, hay chicas que ofrecen a los transeuntes degustaciones gratuitas de algo que parecen crepes rellenas de cosas de colores distintos. Cojo uno relleno de marron creyendo que es chocolate. Error. Consigo recordar que en la guia de conversacion de Lonely Planet indican que escupir en la calle es algo muy mal visto. Para quitarme el mal sabor de boca cojo otro con relleno naranja. Creo que es melocoton, o naranja, o piña. Vuelvo a equivocarme y de nuevo consigo contenerme las ganas. Tomo un tercero lleno de rosa. La ley de Murphy hace que no sea fresa, y me marcho hacia el templo con ganas de echar el bolo alimenticio sobre la guia de conversacion de la Lonely Planet. Por cierto, que las calles de Kyoto estan llenas tambien de geishas, pero no de las autenticas (pues es imposible verlas ya que se esconden), sino de chicas vestidas como tal. No se donde oi que posiblemente las ponen para atraer turistas. Vamos, lo mismo que cuando yo me pongo el traje de El Buscon. Solo que yo soy mas feo y las geishas tienen fama de prostitutas. Aunque, bien mirado... Lo cierto es que los japoneses no estan para nada acostumbrados a ver geishas. Cuando aparece una se monta un revuelo tremendo para hacerle fotografias. No se por que me he acordado de la tuna, y pensar en una geisha cantando "triste y sola se queda Fonseca" me ha parecido asaz ridiculo.

Antes de llegar a Kodai-ji, y por error, llego a Ryozen Kuannon, un templo budista con un buda enorme. Entro. Me dan una varita de incienso encendida. La cojo. El humo me da en la cara mientras ando, y dado que llevo en la mano 3 mapas de Kyoto, el folleto que me acaban de dar, la guia de conversacion, el ipod, la cazadora vaquera, la guia de japon y el cuaderno en el que apunto las frases que voy necesitando para no tener que buscarlas todo el rato en el diccionario, estoy a punto de que se me caiga la varita. Tras varios equilibrios controlo la situacion (me hubiera encantado que Soraya me viera: cuando me pasan esas cosas se muere de risa) y coloco la varita en un tiesto en el que hay otras cien, todas encendidas. Poco me ha faltado para no quemarme.

Kodai-ji solo tiene una pega, y es que, a pesar de que dan un folleto en ingles, todas las cartelas estan en japones, y quizas yo leo una explicacion sobre algo que no es. Creo que, en general, Japon puede ser un excelente destino turistico a nivel internacional, pero falta que ellos lo sepan. A pesar de eso, gracias a Kodai-ji comienzo a captar la magia del diseño de los jardines japoneses. Lastima no tener a nadie a mano que me explique la simbologia que entiendo tambien omnipresente. A ver si me documento sobre el tema y os doy un dia la murga. Kobe y Kyoto (asi como Himeji y Nara y otros sitios de los que os ire hablando) estan en la region de Kansai, de la que se dice que tiene, de todo Japon, la mejor gama de rojizos en las hojas otoñales de los arboles. Es cierto, pienso. Ya os ire dejando fotografias de ello.

Estoy a punto de morir agotado cuando veo que cerca de donde estoy hay un parque: Maruyama. Voy a sentarme un rato, pero antes me topo con otro santuario, el de Yasaka Jinja, al que acude mucha gente para evitar enfermedades y plagas. A pesar de que creia que todos me iban a parecer iguales, con este santuario me emociono bastante: esta en mitad de una plaza de transito, no es tan turistico como los demas. Hay mucha gente tocando los cencerros votivos de las que ya os he hablado. Para colmo, al lado se esta celebrando algo. Parece una boda budista o algo asi. Me da algo de verguenza hacer una foto, asi que tomo un video que es lo mismo pero sin flash. Yasaka Jinja es el mas humano de todos los que he visto hasta el momento. Creo que en las fotos no se aprecia la "humanez" de los edificios al ponerlos en comparacion con otros. Tendreis que fiaros de mis palabras.

En Maruyama reina la tranquilidad. Creo que si me siento me voy a quedar dormido, y a pesar de que eso es aqui deporte nacional, no me apetece sobarme. Aun me queda un camino hasta el tren y despues hora y pico hasta Kobe y desde la estacion en la que me deje el tren casi media hora de metro hasta casa. Oigo a un guitarrista cantando en ingles "Falling in love with you". Me acerco y es un yanki con cara de gracioso que me mira y me saluda sin dejar de tocar(hay una especie de fraternidad entre los occidentales: para tres que somos vamos a llevarnos bien. Es como si al mirarnos nos dijeramos unos a otros "que raro es todo esto, eh?") Al muy cachondo no le hace nadie caso, o le miran como a un extraño. Sabedor de eso, cuando llega al estribillo suelta un "come on everybody", se echa unas risas para si mismo y sigue tan feliz, a su aire, pidiendo unos yenes por amenizar la tarde con un ritmo que quizas a estos nipones les sea exotico, pero a mi, por alguna extraña circunstancia, me lleva a mi infancia y a los primeros amores frustrados de instituto y a las sabanas entre las que ahora mismo debe estar Soraya durmiendo con esa cara linda que tiene cuando duerma. Cara que, por cierto, recuerdo cada dia gracias a la foto que conservo en el movil.

Ya si que no aguanto. Desde que llegue a Kiyomizu han pasado ya seis horas mas o menos. Seis horas derrengantes. Busco el autobus. Consigo montar clavando los codos donde me dejan. Hay un atasco monumental en la ciudad. Es domingo, asi que no se a que se debe. Sera normal? Tardo como quince minutos o mas en llegar a cada parada, y no puedo aguantarlo. Desesperado, me bajo y busco la estacion de tren andando. El mapa es sencillo de seguir, pero se ha hecho de noche y ademas ya no estoy en la zona monumental, sino en la eminentemente urbana. Logro llegar, pero no dejo de sorprenderme cuando me topo con carteles con nombres larguisimos que se refieren a lugares ahora no tan remotos, pero de los que estoy casi seguro que nunca llegare a conocer.

2 Comments:

At noviembre 14, 2005 7:57 p. m., Anonymous Anónimo said...

No puedo por menos, evitar comentar a colación de tu entrada, lo diferente y a la vez iguales que son los sitios.
He estado este fin de semana en Toledo, lugar precioso por visitar, y como señala tu querido a migo, lleno de cuestas, e iglesias, pero sin olvidar esos pequeños sitios con estilo arabe y sobre todo judio (mudejar o mozárabe, según la época, no?).
En fin, sin desviarme del tema, los lugares se parecen, calles destinadas al turista, con puestos, y artículos a precios escandalosos, que atenta contra el buen gusto o simplemente la inteligencia.
Pero por contra si se tiene paciencia y se buscan hay interesantisimos rincones, donde se come, o se encuentran cositas que merecen mucho la pena. Por ello H, espero que encuentres esa paciencia (que todos sabemos que posees), así como un poquito de suerte,(a lo mejor Murphy, está con otro), para encontrar esos lugares en Japón.
Con todo cariño....

 
At noviembre 15, 2005 5:39 a. m., Anonymous Anónimo said...

Saludos, insigne Ernesto!
Es el caballero Tozolón de Numancia el que a ti se dirige, y el que con gran atención desde la primera entrada sigue tus evoluciones por el lejano Cipango...
Te escribí la primera semana, pero creo que no correctamente, asi que supongo esto es lo primero que te llega. Asi que lo primero, gracias por tu idea de hacer este Blog (que palabra tan fea, desde ahora lo llamaré diario) y tu esfuerzo diario de redacción, como siempre abrumador. Siempre tuve curiosidad por este país, asi que ahora mismo eres mi envidia (no sé si te había dicho que estudié una asignatura de Cultura japonesa en la Facultad de Políticas). En fin, que aqui tienes otro acólito en tu imagino larga lista ya que, milagros de la tecnología, tus palabras a pesar de ser escritas a miles de kms. de distancia, suenan como siempre, bien cerquita. Te mando dos fuertes abrazos, uno por accidente y otro por oriente, a ver cual llega primero.
Gustavo.

 

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