4 + 1 en Japón

lunes, noviembre 28, 2005

Nara

Osaka, Kyoto y Nara son los tres vertices de un triangulo geografico que enmarca una infinitud de templos (budistas) y santuarios (shintoistas). Nara, ademas, fue la capital del pais antes de que lo fuera Kyoto, es decir, alla por el año 710. Aun quiero hacer una escapada mas a Kyoto, pero sera el lunes, pues me han dicho que cuando mas se llena es los fines de semana (doy fe de ello tras haber sobrevivido en los autobuses). Asi que me marcho a Nara, cuyos principales templos fueron declarados Patrimonio de la Humanidad el mismo dia que Alcala. Por cierto: ambas obtuvieron dicho titulo en Kyoto, donde se celebraba la reunion anual de la Unesco.

Aqui montar en tren es algo complicado: aparte de que se paga en funcion del destino, sea cual sea el tipo de tren que tomes (es decir, local, rapido o superrapido), resulta que hay varias compañias de tren y de metro. Yo tengo un bono para fines de semana con JR, que ademas de ser el malo de Dallas es la linea nacional de trenes de Japon. Este bono no incluye viajar con el Shinkansen, que es el tren bala, pero dado que para ir a Kyoto (donde tendre que hacer transbordo para ir a Nara) es bastante mas comodo que el normal, y dado tambien que el fin de semana pasado se equivocaron y me dieron billete por error para el Shinkansen, voy a probar de nuevo a ver que pasa. Al llegar a Kyoto un guardia me para y me dice mi pase no es valido y que tengo que pagar. Haciendome el despistado y farfullando un japospanglish muy lamentable le cuento que no he montado en ningun tren, que estoy en un hotel de Kyoto y que solo quiero ir a Nara pero que me debo haber confundido al pasar por alguna puerta. Con esta maniobra tan zafia me libro de soltar 3500 yenes y me monto en el tren a Nara, en el que si que me vale el pase.

En principio es necesario un dia para ver Nara, me dicen en la oficina de turismo. Consulto la guia, miro el mapa que me han dado, doy las gracias y me voy calle arriba. Un cartel indica "Todai-ji, 2.8 km." Yo voy a Todai-ji, pero me juro a mi mismo que hoy no voy a coger ningun autobus, con lo que confirmo que voy en la direccion correcta y me voy calle arriba. Al cabo de quinientos metros, y tras pensar que me he perdido, compruebo que el mapa es una porqueria. Pregunto en una tienda, me confirman que voy por buen camino y descubro que en el mapa no todo esta a la misma escala. Quiero decir que han encajado las calles como les ha sido posible para luego añadir unas flechitas que indican "de aqui a aqui, 800 metros", "de aqui a aqui, 300 metros". La gracia es que la flechita de los 300 esta en una calle que segun el mapa es mas larga que la de 800. Patedefua como estoy sigo mi camino.

Primera parada. Pagoda de cinco plantas. Templo Kofukuji. Todo correcto. Me fastidia un poco haber perdido capacidad de sorpresa ante estas maravillas, la verdad. En fin. Doscientos metros mas alla, los primeros ciervos: la mayoria de los monumentos interesantes de Nara se encuentran en un mismo parque que esta rodeado de ciervos curiosos y golosos que acuden a la gente pensando que conseguiran algo para comer. Me acerco. Dos niños corren asustados despues de que un ciervo consiguiera una galleta de la mano de uno de ellos. Uno -un ciervo, no un niño- me mira. Me acerco mas a el. Se acerca mas a mi. Me huele, me mira a los ojos, hace un gesto con la cabeza que me recuerda a nuestro gato Dario y le acaricio. Cuando entiende que tengo la mano vacia se aleja decepcionado. No sabe nada el muchacho. Que va.

Como el me encuentro otros mil hasta que llego al monumento que estaba esperando: el templo de Todaiji, uno de los destinos budistas mas importantes del mundo a causa del Buda que alberga en su interior. Con 16 metros de altura, es la estatua mas grande de bronce jamas realizada. La puerta de entrada es descomunal. Segun la religion budista, las puertas que dan acceso a los recinto de los templos (es decir, al conjunto de templo y jardin) representan la salida de los malos espiritus y la bienvenida a los buenos. Por eso las puertas suelen ser, como lo es esta, de un tamaño que impresiona.

A lo largo de mi vida de turista he tenido la suerte de presenciar muchisimos sitios indescriptibles. En cuanto a lo que edificios religiosos se refiere, he podido comprobar que, por lo general, el tamaño inmenso es un leitmotiv artistico. Y aunque no conozco aun las piramides de Egipto ni los templos de Camboya ni la maravilla excavada en la roca de Petra, si que recuerdo suficiente bastantes catedrales goticas y la mezquita de Cordoba y las piramides de Mexico y las iglesias ortodoxas de Bulgaria como para comprender que esta descomunalidad fue construida con otra mentalidad: quienes se encargaron de levantar esto se sabian poderosos y querian demostrarlo, tal y como tambien hicieron aquellos que construyeron los edificios que antes he mencionado. Pero, o mucho me engaño, o estos señores de aqui tenian muy claro que no eran nada frente a la genialidad de la naturaleza, que es mas eterna que las mejores y las peores obras del hombre. De ahi surge, sin duda, esa interaccion constante entre bosque y templo, con el imprescindible jardin como elemento intermedio y conciliador: el hombre ordena a su gusto a la naturaleza, que a su vez se sabe indispensable para el hombre. Un circulo eterno. No hay en estos templos, por tanto, intencion alguna de atemorizar, afligir, cohibir o sojuzgar. O al menos me resulta inapreciable por completo. Y no se si sera algo cultural o que, pero mi sensacion al entrar en la Catedral de Burgos -que es uno de mis monumentos preferidos, ojo- es justo la contraria. No quiero que me tergiverseis: desde un punto de vista artistico todo es cautivador como el mejor de los amaneceres posibles. Hablo del punto de vista humano, que es otro cantar.

Toda esta reflexon casa con la impresion que causa el acercarse paso a paso al templo que guarece al Buda. Cuesta pensar que algo tan grande es casi prescindible, pues mas o menos viene a ser la funda bonita de la joya verdadera. Dedico unos minutos a observar el exterior, convencido de que el interior me dejara mas subyugado aun, y no esta el mundo como apra desperdiciar fascinaciones.

Al fin entro, siempre con la cabeza agachada buscando el mejor sitio posible para que la primera impresion sea, valga la redundancia, la mas impresionante. Una vez colocado, pues, subo la cabeza.

No se definirlo mejor: es fascinante. En el sentido literal de la palabra. Me siento atraido por los ojos rasgados de esa estatua, por esa mano descomunal que intenta señalar que estar vivos no es siempre una miseria. Es grande, si, pero no lejano. La gente entra, hace fotos, echa monedas, juntan las manos y rezan o solicitan o agradecen. Yo, de momento, sigo mirandole mientras sus pupilas de bronce siguen dirigiendose hacia el horizonte que hay mas alla de la puerta. Lo cual agradezco, claro, porque si de repente girara los ojos para echarme un vistazo provocaria una apoplejia general en el respetable. Siempre me han dado igual los records, pero esto no tiene nada que ver. No se trata de comer mas flanes en un minuto, ni de arrastrar mas metros un camion con los dientes. Que genial puede ser la genialidad. Que grande puede ser la grandeza.

Buda, ademas de sentado en un nenufar abierto y resplandeciente, esta flanqueado por dos señoritas a las que no tengo el gusto, casi tan altas como el, dibujando entre los tres una serena simetria, una entereza que da pie a mi envidia. Consigo, sin embargo, no caer en la trampa de olvidar el edificio-funda: pilares, vigas, crujias... todo madera. Tan bello como fugaz. No en vano muchos de los edificios japoneses (no este) son reconstrucciones mas o menos contemporaneas de otros que se perdieron en incendios, provocados o no. Doy una vuelta al templo, admiro al Buda mientras giro a su alrededor, y tras cerca de media hora me marcho aun con la fascinacion entre las cejas.

Muy cerca hay un santuario, al que me encamino con la seguridad de que hoy ya tengo el dia cubierto: aunque decia antes que me fastidia un poco haber perdido capacidad de sorpresa, es cierto que este archipielago tiene bastante mas para boquiabrir a cualquiera. Y lo que me rondare, moreno.

Una vez llego al santuario -Kasuga Taisha- certifico el parrafo anterior, pues si bien tengo un nulo conocimiento sobre las diferencias y detalles del shintoismo, la naturaleza no sabe de culturas y es siempre distinta alli donde se le permite crecer. Los ciervos, ademas, convierten el santuario en unico e irrepetible (a no ser que haya mas ciervos shintoistas en Japon, cosa que es probable: no en vano para esta religion los ciervos son mensajeros de los dioses).

Tomo el camino de vuelta (otrs 2.8 km, a los que hay que sumar la distancia entre Todai-ji y Kasuga Taisha) y hago una paradita para comer: lo emotivo es tan alimento del alma como lo digestivo es para el cuerpo, y los dioses (entre los que incluyo a la belleza y a la ternura) no podrian ser dioses sin hombres que los ensalcen.

Tomo el tren que me acercara a Hoyu-ji, el templo considerado pilar inicial de la cultura japonesa. Segun salgo de la estacion, un cartel me indica que hay una distancia de 2.2 km hasta el templo, y sin Pharmaton Complex ni nada similar en el buche me mantengo en mis trece de no montar en autobus. Diez kilometros que me voy a hacer hoy a patita, fijate tu.

Los pies se quejan un poquito cuando logro llegar, y paso a la oficina de informacion para sentarme un tanto y preguntar si tienen algun mapita en ingles o similar. Me atienden dos señores de edad avanzada que me dicen -en un ingles muy aceptable- que son guias voluntarios del templo, y que me si quiero me enseñan el templo sin coste alguno. Con cara de botijo me debo de haber quedado, pues me lo repiten: una visita guiada al templo completamente gratis. Yo tengo que pagar, eso si, la entrada al templo normal y corriente. Es decir, la misma entrada que tendria que sacar si fuera solo sin visita ni nada. "Por que no", digo, "vamos para alla, a ver si ellos pueden explicarme en que tengo que fijarme para que no se me parezcan tanto los templos y santuarios."

Mientras pienso en la poca gracia que haria a algunos que yo me se que hubiera guias gratuitos en Alcala, me van explicando algunas cosas interesantes. No pasa mucho tiempo, sin embargo, hasta que me doy cuenta de que va a ser la tipica visita guiada que no me gusta hacer yo ni mucho menos recibirla: listado exhaustivo de fechas y nombres de personajes con los que no quiero ni puedo quedarme. Para colmo, la camara decide quedarse sin pilas antes de entrar en el recinto. Es por eso que he incluido alguna de internet (a partir de ahora lo tendre que hacer algunas veces mas ya que hay sitios en los que no esta permitido hacer fotos, mañana os enterareis de a que me refiero), con la intencion de que os hagais una idea. Para informacion sobre el templo, os recomiendo entrar aqui:

http://whc.unesco.org/pg.cfm?cid=31&id_site=660

Tras dos horas de visita un poco aburridas y sin nada en claro que no supiera antes, me despido de Horyu-ji con la incertidumbre de no saber si habria llegado a emocionarme en caso de ir a solas. No me arrepiento, sin embargo. Aparte de que ya necesitaba trabar dos palabras con alguien, prefiero haber comprobado que en viajes asi hay que ir ligero de equipaje. Lo cual, por cierto, seria buena idea, ya que tengo la espalda machacada.

"Maldicion:", pienso, "aun me quedan otros dos kilometros y medio hasta la estacion. Y luego casi dos horas de viaje a casa". Pero soy fuerte. He dicho que hoy no cojo el autobus y no lo cojo. Habrase visto.

Eso si. Mañana tendre que preguntar a Santi como se dice en japones "Quisiera una cajita de Pharmaton Complex, por favor. "

1 Comments:

At noviembre 30, 2005 9:51 p. m., Anonymous Anónimo said...

Hola Ernesto!
Así me gusta, que el afán e inquietudes por conocer cosas nuevas no vaya reñido con el esfuerzo físico!! je, je... espero que esos alimentos típicos de Cipango sean ricos en vitaminas!!.
Quería decirte que el ayer Elena, la guía de PTA me pidió la dirección del Blog porque tiene una amiga que va a viajar a Japón. Es periodista, tiene que hacer un reportaje o algo así, y creo que su intención es ponerse en contacto contigo para que le cuentes tus experiencias, esto al menos es lo que Elena me dijo.
Espero que no te importe, asi no te pilla de sorpresa.
Un abrazo, y saludos de Tozolón.

 

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