4 + 1 en Japón

jueves, diciembre 08, 2005

La conferencia

Llevo ya unos días en Tokyo. Exactamente desde el lunes por la noche (escribo estas líneas el jueves por la tarde), y por unas cuantas causas que no vienen al caso no he podido escribir en el blog. Baste decir que por alguna extraña razón no puedo colocar fotos. Así que seguiré escribiendo, pero cuando lo haga lo haré de forma menos extensa y sin fotos. Lo seguiré intentando, que conste. A ver qué pasa...

En fin, podéis imaginar que tengo mucha información atrasada que contaros. Por ejemplo, sobre la conferencia que impartí el miércoles anterior, esto es, el 30 de noviembre. Todo surgió cuando quedé muy contento tras una breve clase a los alumnos de teatro para contarles en qué consistía el Siglo de Oro español, ya que conseguí enlazar con algunos de mis escasos conocimientos de la historia y cultura japonesas. Los chicos lo comprendieron mejor gracias a esos ejemplos, y al día siguiente acudí a una reunión del departamento de español pues los profesores querían conocerme. Me preguntaron que cómo se me estaba dando la adaptación al entorno, y les conté lo de la clase. Reconozco que fui un poquillo pedante, tal como la situación requería: a fin de cuentas yo estaba allí invitado por una universidad que no tenía de mí más que ciertas referencias y quería que vieran que yo estaba a la altura de esas referencias. Así que cuando vieron que tenía ciertos conocimientos sobre Japón (repito, escasos) se asombraron, y el profesor Fukushima, un hombre encantador, sugirió a los demás que yo impartiera una conferencia-introducción sobre el Siglo de Oro Español, más concretamente sobre Cervantes (cachis, podía haber sido sobre Lope)para todos los alumnos de español de la universidad: unos 200. Les pareció bien y consiguieron que la universidad me pagara aparte la conferencia. Yo, encantado. Por supuesto.

Me preparé a conciencia la conferencia (prometo que la rima no ha sido buscada), ya que elaboré un esquema muy sencillo -para dar una copia a cada alumno- que resumía todo lo que iba a explicar. Para las palabras "difíciles" conté de nuevo con la ayuda de Santi y de algunos alumnos japoneses, que me tradujeron conceptos como "Contrarreforma" o "Armada Invencible". Además, dado que el aula en el que que se impartía la conferencia -la 504, como se ve en la foto de más abajo- disponía de proyector y pantalla para el ordenador, me preparé un documento con imágenes que ayudara a los alumnos a comprender visualmente de qué estaba hablando. Gracias a eso pudieron entender (creo) qué era la Inquisición o un Corral de Comedias.

Y llegó el día, y fue un éxito. Los chicos estaban atentos (algunos se durmieron, pero aquí es común hasta más no poder, ya sabéis que dormirse en cualquier sitio es deporte nacional) Y como suelo decir, quien tenía que estar contento lo estuvo. Porque los alumnos estaban encantados (y si no lo estuvieron mintieron como unos cosacos cuando me dijeron que sí) y también los profesores: acudió todo el departamento de español en pleno y después me dieron una comida de despedida (una fuente de sushi de dimensiones rascaciélicas) en un clima muy agradable en el que alguien sugirió que sería muy bueno que algún día pudiera trabajar allí. Las orejas se me dispararon, las antenas se dirigieron hacia ese punto. Todos los profesores dijeron que sí, que es verdad, que sería un buen fichaje. Para mi desgracia (porque no me importaría que nos viniéramos aquí un añito, por ejemplo) resulta que el puesto al que yo podría optar es un lectorado que se tiene que solicitar en la Universidad de Alcalá, ya que hay un intercambio de profesores entre ambas universidades: un japonés enseña japonés en Alcalá y un español español en Kobe. El plazo de presentación de solicitudes acabó el día siguiente de venirme a Japón y yo ni me había enterado. En fin, nuestra suerte a la hora de desplazamientos internacionales duraderos sigue en su racha.

Pero eso no quita mérito a lo que más importaba ese día: mi primera conferencia, y además en un país lejano como Japón ante un público que, como es lógico, no iba a entender todo lo que dijera. Pero lo conseguí. Y tan ricamente.

El próximo día, comentarios del estreno de la obra.